Navidad es EL NIÑO JESÚS - NO ES Y NUNCA FUE SANTA CLAUS
Amigos míos:
¿Qué tiene que ver el barrigudo personaje de cansonas Carcajadas, vestido de rojo y blanco, con el nacimiento del Niño Dios en Belén de Judá? Realmente, nada. ¿Participó Santa Claus en alguna manera del tierno y trascendental suceso hecho realidad en Belén? Realmente, no, que tienen que ver la nieve, los pinos, los trineos y la escarcha, absolutamente nada.
Santa Claus no pudo participar en los sucesos de Belén por la sencilla razón de que a quien se relaciona con Santa Claus, San Nicolás de Bari, nació unos 300 años después. Aunque se desconoce con exactitud su lugar de nacimiento,. Se le llama San Nicolás de Bari porque ese fue su nombre y por haber sido trasladadas sus cenizas a Bari en el 1087.
Dice la leyenda que con sus dádivas salvó a varias jóvenes de contraer matrimonios no deseados y que ayudaba anónimamente a los menesterosos, dando así lugar a la costumbre de ofrecer regalos, juguetes y dulces a los niños el 6 de diciembre, día de su fiesta, de la cual se pasó al día de Navidad, 25 de diciembre. Su vestimenta no se relaciona con la de un obispo, sino con el atuendo medieval holandés. Fueron los primeros colonizadores holandeses quienes traspasaron la tradición a Norteamérica.
Esa es la historia de San Nicolás de Myra o Bari, según se prefiera, convertido al correr del tiempo en el personaje principal de la Navidad, sin motivo genuino alguno y sin valimento histórico que lo acredite bíblicamente. Porque San Nicolás, séase "Santa Claus", no es personaje bíblico. Aunque santo, es totalmente ajeno a lo que ocurrió unos 300 años antes de su nacimiento.
En cambio, los Reyes Magos, fueran o no Reyes, sí son personajes bíblicos. Lo atestigua San Mateo en su Evangelio: "Habiendo, pues, Jesús nacido en Belén de Judá, reinando Herodes, he aquí que unos magos vinieron del Oriente a Jerusalén... Y entrando en la casa hallaron al niño con María, su madre, y postrándose le adoraron; y abiertos sus cofres le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra". (Mateo 2, 1 y 11).
Si los primeros colonizadores de Estados Unidos hubieran sido católicos posiblemente Santa Claus no se hubiera impuesto, porque la iglesia no hubiera aceptado un cambio tan fuera de la realidad histórica y bíblica. Factor práctico importante a favor de Santa Claus es que al venir en Nochebuena, brinda a los niños la oportunidad de disfrutar de sus juguetes el período de las vacaciones navideñas, mientras que los Santos Reyes llegan al final de las vacaciones.
Pero, lo que resulta totalmente rechazable de Santa Claus es que ha sido tanta la propaganda a su favor que poco a poco ha ido opacando y marginando la figura central de la Navidad:
el Niño Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre. A veces pienso que si pidiéramos a los niños cuál es el personaje más importante de la Navidad, la mayoría contestaría que es Santa Claus. Eso expone una falla demostrativa del deterioro de nuestras creencias y la fortaleza de las costumbres.
En todo hogar cristiano se debiera enseñar a los hijos que el personaje central de la Navidad es el Niño Jesús y jamás debiera permitir la aberración de que Santa Claus venga postergable con la prole de enseñarles virilmente la realidad de lo acontecido la memorable noche del 24 al 25 de diciembre en Belén.
Enseñar a los hijos, que en la Navidad rememoramos el Nacimiento del Hijo de Dios, y que esto es lo realmente importante, es obligación de los padres de familia de la que no pueden sacudirse sin fallarle a los hijos y al mismo Niño Jesús.
CREO QUE este podria ser un tema de discusion no para pelear sino para compartir como el estar aqui ha hido cambiando tradiciones, pero recuerden que en nuestro país no habia santa sino un lindo nacimiento y el dia 25 se incluye la figurita del nino Dios, el que traia los regalos a los niños en sus fantasias no era santa, sino el Niño Jesús, o en otros casos los reyes magos, Es para algunas familias, el esperar a las 12, y celebrar la llegada de Dios hecho hombre al mundo, pero es mas que todo, el deseo de estar cerca de la familia, no de exprimirnos el bolsillo ya que se ha comercializado tanto la navidad y por ello pido que la celebremos como un día de gracia para estar con nuestros seres queridos y alabar a Dios.
Pero ya que no podemos controlar el bombardeo medático a nuestros niños, en spots televisivos y radiales, carteles y anuncios por doquier de "santa claus" (si se han fijado, ya nisiquiera mencionan el nacimiento de Jesus - verdadero significado de la navidad - en estos spots), hay que enseñarles en casa el VERDADERO SIGNIFICADO:
NAVIDAD ES JESUS
Por último, me he hecho a la idea que, si no podemos desaparecer a este "santa claus", "papa noel", o como le llamen, podemos restarle importancia frente a nuestros niños, decirles por ejemplo, que es un simple encargado de repartir regalos o algo asi, al fin y al cabo va a ser muy difícil quitárnoslo de encima, pues se ha convertido en un ícono - mas que nada comercial - de la navidad.
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Hoy les propongo transportarnos a un sitio mágico, alguna vez bautizado como "La Maravilla Occidental". Una de las obras arquitectónicas más prestigiosas de la Edad Media y uno de los centros más importantes de la espiritualidad y peregrinación cristiana. Me refiero al Monte Saint Michel.
Vamos a ubicarnos primero geográficamente dentro del Mapamundi. Estamos en el norte de Francia. Más concretamente en Normandía. Es otoño. Una región llena de verde, que en esta época del año adquiere esos tintes rojizos y anaranjados y tiene costas en el Canal de la Mancha.
Lo que a lo lejos divisábamos como una gran montaña entre tinieblas, ahora se presenta frente a nosotros con toda nitidez. Una isla de 900 metros de circunferencia y 80 de alto. n monte verde y rocoso, coronado por la Iglesia de la Abadía. Una construcción sobrehumana. Bloque a bloque, traídos de distintas regiones, uno encima del otro, acomodándose a las dificultades que presentaba un terreno tan rocoso.
A los pies del monte, una pintoresca ciudad medieval, llena de vida y de color, alberga a una insólita y muy reducida población, que como antaño, vive de la venta y comercialización de velas y souvenirs. De allí parten los senderos para ascender hacia la Abadía, son laberintos, sumamente empinados, que parecen serpentear hacia el infinito. Senderos por los que van y vienen multitudes, hablando en todos los idiomas posibles, la mayoría sujetando bolsitas con los souvenirs que compraron por el camino. Y entre las multitudes, caminan juntos turistas, peregrinos y periodistas, como nosotros.
Fue construido por los monjes benedictinos a principios del Siglo XIII. Qué paz tan misteriosa… tan fría y húmeda… pero cuánta paz se respiraba. Daba miedo romper el silencio con el sonido de nuestros pasos. Nadie pronunciaba una palabra. Si afinábamos el oído, podíamos escuchar plegarias... Los monjes que habitan la Abadía, continúan viviendo como lo hacían los de antaño, dedicados a la oración y a la meditación.
Cada tanto, visitaba a estos ermitaños y se unía en sus plegarias y en el descanso, San Auberto, entonces, el obispo de Avranches, ciudad que había sido denominada sede episcopal, muy cerca del Monte. Un buen día, cuenta la leyenda, San Auberto recibió un mensaje del cielo. Era el año 708. En un sueño, se le apareció el Arcángel San Miguel y le pidió que erigiera en su honor un santuario sobre el Monte Tumba. Para dejar una señal tangible a la humanidad entera, el Arcángel toco la frente del obispo con la punta de su dedo, dejando una marca que los siglos no han podido borrar. Aun hoy, "dicen", porque yo no lo vi, que se puede ver el orificio del cráneo del obispo que se conserva en la iglesia Saint-Gervais en Avranches.
Por el año 709, un cataclismo de mar invadió el bosque Scissy, separando los montes del continente. El Monte Saint Michel fue circundado por una bahía de arena movediza al suscitarse la repentina crecida de las aguas. Este fenómeno persiste hoy en día, casi como por capricho de la naturaleza o de Dios por mantener su santuario al resguardo de los hombres. Si ustedes lo visitaron alguna vez, sabrán que hay horarios puntuales en los que se puede cruzar y volver para que no los pesque la marea creciente. Pero por aquellos años, muchas fueron las vidas de peregrinos que se cobró la marea y las arenas movedizas.
¿Misterios o milagros?
Hay un milagro que se ha contado de generación en generación... Una mujer se acercaba casi agonizando por los dolores de parto. Buscaba desesperadamente un refugio de paz en el Monte para dar a luz. En el camino, las aguas de la bahía crecieron y quienes observaban la escena desde la abadía la dieron por muerta. Cuando bajaron las aguas, vieron venir caminando por la arena, a la misma mujer, con su niño recién nacido en brazos.
Cuenta la historia que el Arcángel San Miguel intercedió en varias ocasiones entre la voluntad de Dios y los hombres y casi siempre pareció indicar su predilección por los lugares altos. Unos 200 años antes de la supuesta aparición frente al obispo Auberto en Francia, habría intervenido de la misma forma en Italia, sobre la costa del Adriático, en el Monte Gargan, ordenándole al obispo de Siponto que le consagrara una Iglesia. Esa iglesia existe todavía.
Los Siglos XIV y XV, estuvieron signados por interminables guerras entre Francia e Inglaterra y se disputaban sin cesar el estratégico Monte Saint Michel.
Si me permiten, quisiera sugerirles que si tienen planeado conocer el Monte no dejen de visitar otros rincones de la vasta Normandía. Como las playas del Desembarco, escenario del famoso Día D. Honfleur, un puerto pesquero en la costa normanda que gracias a nombres como Monet, Baudelaire y Satie, pasó a la historia como el Paraíso de artistas.